martes, 2 de marzo de 2010

MARIACHI, LENGUA DEL FOLKLOR MEXICANO

 

LAURA ÁNGELES

Para hablar de México, existen infinidad de elementos y características propias de esta gran nación, que la hacen ser especial en cultura, riquezas naturales, historia, costumbres y tradiciones. Una de ellas, como parte cultural y musical, son los Mariachis.

Pensar en Mariachis, nos habla de un Garibaldi, de un grupo de personas, en su mayoría rellenitas, con trompetas, guitarras, enormes sombreros y trajes llamativos bordados a mano. Sin embargo, hay más allá que todo lo que he descrito. Aunque no se sabe con exactitud de dónde proviene su origen, ni la fecha del mismo, hay documentos que demuestran que los inicios de esta formación musical data de hace más de 200 años.

Mucho se ha especulado que la palabra “mariachi” proviene de la palabra francesa “mariage”, que significa matrimonio. Esto se dijo después de que los franceses llegaran a nuestro país, ahí por el año de 1862, con la llamada “Intervención Francesa”.

Se relata que algunos soldados franceses, ubicados en Jalisco, arribaron a una boda, en la que se encontraban algunas personas tocando instrumentos, como la guitarra y trompeta (carecterísticos de la banda), que amenizaban el festejo. Al preguntar qué era lo que se celebraba, uno de los comensales les contestó “Ce’s un mariage” (es una boda), y que de ahí se formó la palabra, que hoy conocemos como “mariachi”.

Sin embargo, esta teoría fue desmentida años más tarde, al encontrarse otros documentos históricos, fechados antes de la “Intervención Francesa”. Uno de ellos es el que se descubrió en Nayarit, que data de 1852, escrita por el presbítero Cosme de Santa Anna al arzobispo Diego Aranda y Carpinteiro, en la que se quejaba de las escandalosas celebraciones de los pobladores con motivo del Sábado de Gloria.

Para el escritor Hermes Rafael, presidente de la Academia de Folclor de la Sociedad de Estadística y Geografía y autor de “Origen e Historia del Mariachi”, está claro también que la raíz francesa del término es solamente un mito.

La raza coca, según el autor, surgió como producto de la mezcla entre otomíes y nahuas, y habitó la llamada región de Chimalhuacán. El investigador asegura que desde tiempos prehispánicos este pueblo le dio un lugar central al canto y a la música en su vida.

Hermes afirma que la palabra mariachi es un regionalismo que contiene la mezcla de voces cahítas y tarahumaras, y cuyo significado se traduce como “lo que suena en corrido”, concepto que alude a la rapidez con la que los músicos ejecutaban sus instrumentos.

Con el paso del tiempo y la ubicación geográfica del pueblo coca dentro de la región -la cual fue modificándose a causa de ciertos factores climáticos-, el significado de la palabra cambió a “lo que suena en el cerro” o “violines del cerro”.

Conforme los músicos de mariachi bajaron de la serranía y abandonaron Cocollan se dieron a conocer en otros pueblos -principalmente después de la etapa de Independencia-, por lo que dichas acepciones perdieron fuerza y al final el término mariachi significó solamente la propia agrupación.

Otro documento, el de Tlalchapa, Guerrero, del año de 1859 (la segunda fuente más antigua en que se registra la palabra mariachi y que, por cierto, también se ubica con anterioridad a la Intervención Francesa), hace referencia a los músicos como "mariache", compuesto de arpas, violines y tambora.

Esta descripción fue realizada por el padre Ignacio Aguilar en una misiva fechada el 3 de mayo de 1859, día de la Santa Cruz.

A su vez se decía que no la palabra “mariachi” no sólo hacía referencia al grupo de personas con instrumentos musicales, sino también representaba lo que era la tabla que formaba el escenario de los músicos y al tipo de madera con la que se hacía.

Este significado fue desapareciendo, al llegar a la capital mexicana, ya que se dejaron atrás a los bailarines como compañía de los músicos.

TRADICIÓN EN DECADENCIA

A pesar de no contar con un origen exacto, los mariachis han representado una cultura e identidad musical en nuestro país, que ha ido evolucionando con el paso del tiempo.

Mucho se ha dicho que Jalisco es la madre del Mariachi pero no sólo fue ese Estado, también están involucrados, Michoacán, Colima, partes de Nayarit y Zacatecas.

Han habido muchos estilos regionales, la mayoría hoy casi desaparecidos entre los más famosos están los estilos de Cocula, de Tecalitlan y la Sierra del Tigre.

Durante la década de los cuarenta, la trompeta seguía cobrando fuerza hasta llegar a ser imprescindible para el mariachi. En 1949 Pedro Infante acompañado por el mariachi de Juan Buitrón hizo lo que posiblemente fueran las primeras grabaciones de un mariachi con dos trompetas y no fue hasta 1952 cuando el nuevamente organizado Mariachi México de Pepe Villa tuvo una serie de discos de éxito que efectuara un cambio decisivo en la instrumentación de los grupos de mariachi.

Para los años sesenta la mayoría de los grupos de mariachi en México usaban dos trompetas, no obstante el Mariachi Vargas seguía usando una sola trompeta casi hasta los medios de la década, alrededor de 1964 uno de los primeros dúos de trompetas que tuvo el Mariachi Vargas fue el de los hermanos Pedro y Crescencio Hernández. No cabe duda que el Mariachi México puso el estandarte en cuanto a la instrumentación que sigue siendo el modelo para todos los mariachis de hoy.

Los músicos de mariachi no fueron los únicos que hicieron la historia en el género folclórico, hubieron muchos compositores y arreglistas quienes ayudaron a definir un estilo musical que llevo al mariachi de su base folclórica hasta lo más elevado en composición, uno de los primeros fue Manuel Esperon quien expuso al mundo sus arreglos y composiciones a través de grabaciones y películas, uniendo por primera vez la orquesta con el mariachi.

Durante los 50, el arreglista y gran compositor “Don Rubén Fuentes” empezó a presentar nuevas influencias en México, con sus huapangos de oro, y para los 60s con su visión musical abrió otro nuevo camino para el mariachi, el Maestro Fuentes junto varios arreglistas quienes bajo su dirección elaboraron nuevos temas para el disco la nueva dimensión, estas composiciones como “la bikina” y “la gruta” motivaron a los mariachis y al público en general a aceptar y reconocer que el mariachi evolucionaría a otro nivel armónico, esta nueva etapa comprobó al mundo internacional que el estilo del mariachi puede existir en dos mundos el lírico tradicional y el moderno compuesto arreglado con música escrita para oír, por primera vez el mariachi en concierto con las mejores orquestas sinfónicas del mundo.

Con un pie bien plantado en los dos mundos el mariachi seguirá siendo un embajador mexicano interpretando orgullosamente los sones, jarabes, huapangos y rancheras que fortalecerán la esencia del pueblo de México.

Gracias a todas esas influencias han surgido otros compositores, guiados e inspirados a crear versiones y canciones nuevas, manejando el estilo del mariachi como el vehículo con repertorio sin límite. Lamentablemente, cada vez son me nos los cantantes y músicos interesados por este estilo musical muy propio como mexicanos. Se ha perdido la tradición de una serenata, de un festejo amenizado con la música tradicional de los mariachis. Hay que valorar y rescatar nuestras raíces, nuestros valores y costumbres.

¡VIVA MÉXICO Y NUESTRA MÚSICA!


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